Es lo que cae sobre mi corazón al dejar Galicia...
Es lo que me acompañará en esta nueva etapa de mi vida...
Es lo que recibí de todos mis amigos y amigas, de mis pacientes, de mis alumnos...
Es lo que me colma y realiza como ser humano.
Es lo que me brinda Coruña en estos días tan suyos, nublados, lluviosos, que invitan al recogimiento interior, donde quedan adheridas como pulpos las vivencias en mi alma.
Cosas pequeñas, triviales pero entrañables para atesorar como sin obviar ninguna.
Gestos de amor estampados a fuego, cada uno con su característica, con su forma particular de brindarse, de recibirme, de despedirme, de halagarme, de abrazarme aún sin abrazo, de contenerme y de quererme.
No hay distancia, estaremos para siempre el uno, la una, en la memoria del otro, la otra... sabiendo que en el camino que nos tocó recorrer algo nos enriqueció, nos hizo crecer, cambiar, elegir, madurar, aprender juntos....
En esta mañana de orballo en el tren rumbo a Vigo (como si del tren de la vida se tratara), veo la lluvia caer como una bendición, como mi bautismo a una nueva etapa en la vida.
Dejo mi reconocimiento y amor a las amigas y amigos que compartieron mi camino en España
A TODOS Y TODAS: ¡¡GRACIAS!!
La literatura es imaginarse o querer averiguar lo que está al otro lado: más allá del umbral de la habitación, detrás de la puerta entornada que nuestra mano empujará o de la puerta cerrada con una llave que tal vez nos estará prohibido buscar; al otro lado de un río, detrás de una silueta azul de montañas...
viernes, 23 de mayo de 2008
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