miércoles, 15 de febrero de 2012

BUENA ES LA SARTÉN QUE RECONOCE EL PAÑAL

Inspirado en el refrán que dice: “Bueno es el sastre que reconoce el paño”
- No sé porqué me tienen que tocar estos trabajos a mi. Todo por esas propagandas que ponen por la tele y lo que es peor, es que voy a terminar en la basura y lleno de mierda y pis -
Así se quejaba Don Pañal en el pequeño rincón de la cocina. El televisor volvió a repetir sus recomendaciones: - Use pañales Popó descartables… En todos los tamaños… para niños y mayores. No escapará nada de lo que contenga. Fáciles de usar y con ajuste perfecto -
La imagen mostraba como cambiaban el pañal sucio que en un certero enceste volaba hacia el cubo de la basura - ¿Y entonces yo, que me achicharro todos los días con aceite hirviendo? - dijo una voz que venía de la mesada Don Pañal no había visto nunca ese artefacto y le preguntó:
- ¿Y vos quién sos? –
- Soy Fritanga, la sartén… - respondió con orgullo.
- ¿Y qué hacés? –
- No es lo que hago lo que me molesta, sino que todo se hace con aceite hirviendo y ya estoy cansada de achicharrarme –
-¿Pero también te ponen caca y pis?
- ¡Nooo! - dijo la sartén haciendo ver que su función era más importante. - Yo preparo la comida… Papas fritas, tortillas, pescados, milanesas, huevos fritos, croquetas, y muchas cosas más que come la gente. Mirá… ¿Ves? Eso es lo que hago… -
Don Pañal miró al televisor que mostraba una sartén reluciente sobre la potente llama del gas mientras un señor con gorro blanco y alto vertía un líquido verdoso en ella diciendo:
-“Olivol… el aceite de más calidad para todo tipo de fritos. Olivol… el aceite que no debe faltar en su cocina”- y mientras ponía papas cortadas en bastones en él, señalaba con un dedo una marca que ni Popó ni Fritanga sabían leer.
Llegó la dueña de casa con su niño en brazos así que los dos callaron, cada uno conciente de lo que tenía que hacer. Resignadamente don Pañal fue a parar al cambiador que había en la mesa. La mamá quitó el sucio, lavó el culito, le puso talco y se cumplió el destino: ya estaba Popó debajo de esa piel tan suave y oliendo ese rico perfume que pronto se transformaría en un olor diferente.
-¡Qué bonito que está mi bebeeé! ¡Ahora a comer! – dijo la mamá sentándose para dar de comer al pequeño que ubicó en una silla más alta.
Hoy le tocaba puré de zanahorias con zapallo, huevo duro picado e hígado rallado. Comía muy bien, y también tomaba un poco de jugo de naranja.
La sartén, boca abajo, pensaba en cuánta razón había tenido Popó en quejarse, ¡por lo menos ella seguía allí, acompañando a la familia!
Bebéee como lo llamaba la mamá terminó de comer y quedó en su silla golpeando con la cuchara en la mesa. La señora sacó las milanesas de la heladera.
Esta heladera era igual a la que don televisor mostraba todos los días como la mejor del mercado y a la que llamaba Friona con sistema Nofrost…
Fritanga siempre pensó que esto no era un mercado, que era una casa, pero como la tele dice cosas raras, no le hacía caso.
Llegó el papá. El nene se reía y hacía ruidos con la boca y con otra parte.
Doña Sartén todavía no había recibido el baño de aceite.
La mamá la puso sobre la hornalla, pero no la encendió, porque el marido le dijo:
- Me parece que se hizo caca –
- ¡Seguro! – dijo la mamá – ¡Recién comió…!
Otra vez el cambiador y otro pañal de la pila que había en el mueble. La tarea fue la misma, limpiar, entalcar y pañal limpio.
Popó fue al cubo de la basura sin tiempo a quejarse.
-¡Adiós amigo! – Dijo Fritanga bajito para que no la oyeran.
- Asccc… - Escuchó apenas la respuesta del pañal Popó…
Entonces el papá le dio a su señora una caja que ésta abrió con curiosidad. Ella le dio unos besos de esos que se dan los mayores cuando están contentos y sacó de la caja… ¡Tres sartenes de distinto tamaño..! ¡Cómo brillaban! ¡Y además traían tapas de cristal..!
El señor se acercó a doña Sartén diciendo:
-¡No quiero ver más esto! – y agarrándola por el mango la puso en el cubo de la basura, junto al pañal que olía a rayos.
- Bueno, parece que nos vamos juntos de esta casa - dijo Popó
- Puajjj… Fue lo único que pudo contestar Fritanga que no podía hablar, sacaba el mango afuera del tacho tratando de respirar aire puro, aunque se consolaba pensando que hoy no tendría que aguantar el calor del gas ni el aceite burbujeando en su viejo cuerpo.
Esa noche viajaron juntos Popó y Fritanga hacia rumbo desconocido. Él acostumbrado a los olores y ella sin saber si dejar el mango afuera o adentro puesto que en ese lugar todo era oscuro y maloliente.
¡Buen viaje amigos!

lunes, 6 de febrero de 2012

UNA NOCHE DE VERANO

Hora: 23,45

Grados: 30

Humedad: 90%

Sin vientos en superficie…

Hemos tenido un día soleado, sofocante con el baho característico después de una tormenta de verano. Llovió de esa manera. Inundaciones, cortes de luz, gente desesperada sin enseres ni provisiones y comercios en los que el agua entró para estropear todo tipo de mercaderías. Fue una hora de viento huracanado que arrasó en pocos minutos con techos y paredes débiles.
Curiosamente por aquí no se inundó, pero el calor es infernal.
Agua, beber agua con sed y sin sed. Es hora de dormir. Las sábanas y el colchón están calientes, el ventilador al máximo tira aire sofocante concentrado en el cuarto.
Decido dormir en al patio. Abro mi catre de campaña, sobre él una colchoneta leve, una sábana verde y la almohada blanca con pequeñas flores . Traigo el ventilador, lo pongo fijo hacia mí, me acuesto… me da por arriba, me levanto y bajo su altura, de paso lo pongo en el dos…
Me doy otra ducha, fueron tres a lo largo del día. Un camisón ligero de finos breteles y a dormir. Me acuesto. ¡Qué placer! Los geranios cuelgan floridos del enrejado. Arriba del enrejado puse el pequeño granado y el helecho. Los lazos de amor y la planta del dólar se cuelan hacia abajo, todo da frescor y sombra durante el día.
El calor es agobiante, abro la puerta de entrada que está detrás de mi cabeza, por delante la escalera que va a la terraza. A mi izquierda una silla, sobre ella el agua y las gafas.
Hoy bebí cinco o seis botellitas. El agua que viene del tanque al grifo está caliente, por eso las tengo siempre frescas en la heladera, junto a botellones grandes que uso para limpiar verduras y frutas.
Entre las plantas distingo una estrella…
Estoy en una calle con diagonales, debo llegar a horario me espera mi padre, no reconozco el lugar, estoy perdida, inquieta. La noche es oscura. La calle desemboca en una casa desconocida, retrocedo, todas las calles terminan dentro de una casa. No conozco a nadie, me desespero. Un hombre de mi estatura, pequeño y con un largo abrigo se pone a mi lado, lo miro con desconfianza. Me dice que él también está perdido. Él me conoce, yo no. Le digo que no tengo como avisar. Caminamos por las diagonales buscando la ciudad. Me toma de la mano, no lo rechazo, tengo miedo. Seguimos así por varias calles ahora forman un tablero. El se detiene y me besa, no correspondo pero no me desagrada. Lo miro durante unos minutos. Busco en mis bolsillos pero no traje el celular. Pasa un micro. Le digo que se parece a alguien que conozco. Pregunta quién es. No se lo quiero decir. Insiste varias veces y luego de dudar le contesto: “A Toni Curtis”. Me mira sorprendido y desaparece. Tiene los ojos azules. Estoy en la ciudad.
Me despierto, pienso en el sueño y me digo: “No tengo que olvidarlo”.
Un mosquito me picó en la parte interior de la rodilla izquierda. Tomo agua, voy al baño a eliminar lo que mis riñones sabiamente desechan. Son las 4 de la mañana. Vuelvo al catre.
Ahora corre una leve brisa entre la puerta abierta y la escalera que da a la terraza. Se está mejor y es aire natural. Me levanto y apago el ventilador.
Mi hijo quiere poner aire acondicionado, no quiero. Casi todos los que lo tienen están con dolores musculares, resfríos o congestiones más complicadas.
Entre las azaleas que cuelgan en fila a la izquierda de la escalera hay una que está en flor. Mañana la miraré. El “Llamador de ángeles” o “Ahuyenta suegras” como lo llaman en México se hamaca dando sonidos como de gotas deagua… Plap… pleplapplap… Es de cañas, me agrada escucharlo. Al lado hay otro de metal pero salvo viento fuerte nunca suena.
Debe haber pasado media hora. Me levanto, voy a buscar un paño fino para cubrir pecho y espalda, el sudor se está enfriando. Me acuesto. Creo que no me voy a poder dormir… Podría planchar aprovechando la brisa. Debo estar algo chiflada…Sí, eso es lo que voy a hacer.
Siempre a oscuras me levanto, traigo la pila de ropa que fui posponiendo. Preparo la tabla, la plancha, el agua para ella y para mí. Pongo la Tele, la miro desde afuera a través de la ventana del comedor pues da al patio. Voy a poner la pava, mientras plancho voy a tomar mate porque ahora tengo hambre y así entretengo el estómago. Está bueno, reconforta y también es líquido que aporto al organismo. Hago todo a oscuras solo ilumina el televisor, no quiero despertar a nadie. En la tele no hay nada solo Gran Hermano con los chicos bailando y tonteando en la madrugada. Plancho algo, en el patio no veo, cierro la puerta que da a las habitaciones y enciendo la luz pequeña, ya son las cinco. En verano uno se cambia más seguido y las sábanas también se quitan casi todos los días. La pila va bajando desordenadamente. Al fin terminé, en la silla se mezclan los colores de shorts, blusas, faldas, remeras, manteles y repasadores hoy planchados sin orden. Guardo la tabla. La plancha se enfría en el piso. Yo transpiro de esa manera… La brisa no alcanza para disipar el calor y humedad que desprendió la plancha.
Me seco, humedezco el cuello, las sienes, las muñecas. Son las 5.30. Ensalivo las ronchas de los mosquitos. Me picaron fuerte, son dos, la de la rodilla y otra en el antebrazo, eligieron la parte más carnosa. Me acuesto. Tengo que ir al baño, el mate es diurético, de paso apago todo y abro la puerta que da a las habitaciones para que entre más aire. Otra vez al catre, es bajo, tanto levantarme y acostarme cansa más que la cama.
Me cubro con el paño pecho y espalda. La brisa es agradable, pero húmeda y el cuerpo baja la temperatura rápidamente. Se me enfriaron los pies. Son las 6. Es momento de ir a la cama mucho más cómoda que el catre. Llevo el ventilador, lo pongo en el uno. Me acuesto.Sigo con los pies fríos, estiro un poco el cobertor sobre ellos. El camisón de poliéster es liviano tiene una textura agradable, mucho más que los de algodón que se calientan, mojan y se adhieren con la transpiración.
Está aclarando pero voy a dormir como si esta noche de verano recién comenzara.

jueves, 2 de febrero de 2012

CUANDO UN AMIGO SE VA...

LA NOCHE MÁS PURA

ME DIJERON QUE ESTÁS

en la noche más pura.

Que nunca ya una golondrina

poblará tus inviernos.

Que hacia el país de la mirra,

partiste.

Jamás fue hermosa la muerte.

Esta hermosa poesía  pertenece a FELIPE SÉRVULO.
La he pedido prestada para rendir homenaje a  FERNANDO, gran amigo viguense que siempre estará en el recuerdo de sus amigos blogueros.
Yo tuve el gusto de visitarlo en dos ocasiones en mis viajes a Vigo y disfrutar de su compañía, pinturas, sonetos, escritos y por sobre todo de su amistad.

  Aquí les dejo la receta  de esta mermelada, algo ácida y dulce, como mi despedida de este y el otro blog.      Es momento de descanso y re...