VERANO TARDÍO
Comenzó
el otoño. Lo único que indica que llegó son las hojas que alfombran las aceras.
Lo
poético de ello falla cuando debajo hay alguna irregularidad del terreno que
hace trastabillar al pisarlas.
Mencionar
los colores que cambian es casi una obligación o defecto poético porque es
repetirse en su descripción. En este caso lo obviaré solo imaginen, miren su paisaje de otoño o recuerden uno que
haya sido grato.
Después
de unos días de respiro de la agobiante temperatura del verano, éste volvió.
Tardío.
Siempre hay un verano tardío.
Es más agobiante que el verano propiamente dicho ya que la adaptación del
cuerpo no suele ser rápida.
Fresco,
frío y vuelta al calor, un calor denso, pesado…
Esperamos
la lluvia que al fin llega. Cae lenta, en gotas mínimas que levantan un vaho
que calienta y ensucia más que refresca.
Esperamos
el viento que al fin llega. Presagia que en algún momento se desatará más
fuerte la lluvia.
Sin
esperarlos, truenos y relámpagos, relámpagos y truenos. Luz y sonido conforman una danza que ilumina
el cielo que amenaza pero no se decide a aliviarnos con la lluvia. Es un
espectáculo que nos brinda la Naturaleza sin ningún costo, simplemente sucede.
Ahora
sí, comienza a llover. ¡Qué digo llover! Granizo pequeño, luego más grande y
así hasta ensordecer con piedras del tamaño de pelotas de pin pon, algunas
llegando a pelotas de tenis.
La
danza y orquesta de relámpagos y truenos ya mengua, ahora se agrega la danza de las piedras que salen disparadas,
se amontonan y golpean en todo lo que encuentran brindando sonidos que no
podríamos reproducir y armonías extrañas, a veces inquietantes.
Es una alfombra blanca sobre hojas de colores.
Dañan,
rompen, pero es grato tenerlas en las manos. Refrescan y hasta la próxima que
no se sabe cuándo será, es maravilloso verlas y tocarlas aunque asusten sus consecuencias.
Parece
que el cielo ya descargó toda su bronca o su bendición no lo sabemos, pero ahora llueve copiosamente
¿Por
qué estoy bajo la lluvia? ¿Bajo esa
lluvia que caen sin cesar y moja mi cara, mi pelo, y toda mi persona?
Es que la lluvia trae alivio.
Lluvia
sabia que cae en el momento justo, plantas, animales y suelo agradecidos.
Lluvia
de verano tardío.
Calor,
agobio y bendición del cielo que siempre perdona y da y sigue dando alivio al caer en gotas que se entrelazan densas y copiosas trayendo paz al humano.
Los campos se anegan, si sigue lloviendo así, la cosecha se perderá como se perdió varias veces.
Llueve donde no hace falta, donde la tierra se abre rogando como una boca sedienta, la tierra pide y la lluvia es esquiva.
El Humano poco repara en ello, solo siente que su frescor lo invade con un gusto
dulzón y tierno.
Lluvia
de verano tardío…
Rosa Favale Macías.
Los invito a visitar esta página donde se explica cómo influye el verano tardío en nosotros.
Es parte de la terapia china que aplico en mis tratamientos.
https://www.enbuenasmanos.com/el-verano-tardio