lunes, 9 de enero de 2012

LA BUENA VIDA

Más que llamar felicidad a las horas vividas, puedo llamarla Buena Vida.

Múltiples deseos se entrecruzan en Navidades y para el año que se inicia. Olvidamos o apartamos un poco los momentos difíciles o dolorosos, para unirnos en un deseo Universal, sin religión ni creencia, para desearnos lo mejor desde todas las latitudes.

Con poco o mucho, con restricciones o sin ellas, todos nos aprestamos a vivir buenos momentos aunque para muchos haya habido que superar pasadas o recientes situaciones difíciles o dolorosas, todos se unieron con más o menos entusiasmo a la reunión familiar o de amigos.

Puedo decir que he sido feliz, la reunión con amigas entrañables estuvo llena de anécdotas, relatos, brindis, abrazos y besos.

También fue un disfrute la reunión con primos y primas con sus respectivas parejas. Recuerdos de familia, relatos que algunos cuentan de una manera y otros de otra agregan más amor a los años idos, con padres y madres que ya no están, con primos que también se fueron al igual que algunas de sus parejas.

La vida da y quita, pero nos compensa si los que quedamos estamos unidos ya sea por teléfono, email o en persona. Lo importante es que el mágico cordón no se corte, que el corazón escuche al otro y responda las llamadas.

Así sigue la comunicación con amigas y amigos lejanos, que en andanzas por otros lugares hemos ido cosechando y con quien nos comunicamos vía Internet, Skype o con la mágica tarjeta para escucharnos mejor…

También están los que incorporamos a nuestra vida a través de los blogs, cada uno en su estilo, cada uno con sus gustos particulares, sus alegrías, sus problemas, su inspiración y creatividad, protestas y reclamos, sus hobbies o simplemente en afectuoso intercambio. Aquí sería imposible poner referencias individuales, pues la lista es larga. Todos ellos son partícipes de un trocito de mi Buena Vida, por ello también este relato-homenaje.

Qué decir de Facebook, el gran salón donde hay solitarios, ocasionales, habitués, con los que participamos en sus vidas o los hacemos participar de las nuestras, en una ráfaga breve de fotos o comentarios.

Los buenos vecinos, esos cotidianos que saludamos cordialmente y que sabemos que están cuando necesitamos algo o viceversa. Con costumbres que todavía mantenemos en brindar en casa de uno u otro luego de nuestro brindis íntimo. Breves e intensos momentos de simpatía y cariño, donde cada uno sabe un poquito del otro…

Están los que se aíslan y no gustan de tanto festejo y que protestan pero que hay que respetar en sus ideas y razonamientos. No menos queridos por ello e incorporados con paciencia, amor y sonrisas.

Incluyo a los comerciantes de la zona, en la que la compra es habitual y que pacientemente elijen mejor la mercadería o la que tenemos que desechar en casa, pacientemente también, cuando viene un poco deteriorada aunque el reclamo no falte luego.

Y luego están los ocasionales anónimos: choferes de bus, dependientas varias, el de la ventanilla del banco, el barrendero de la calle,  el del medidor del gas o la luz y tantos otros que se han cruzado circunstancialmente en estos días  en mi Buena Vida.
Todos, todos con una sonrisa, con buenos deseos, que seguramente también querrán para sí, puesto que no es fácil para nadie sobrellevar los inconvenientes que nos presenta el diario vivir.

Finalmente la Gran Reunión Familiar, aquí y allá, con esfuerzo de las amas de casa y sus exquiseteces, con el buen vino y la mejor sonrisa, con la mejor voluntad pues sabemos del esfuerzo que implica reunir a todos.  Y por sobre todo: con mucho amor.

Por supuesto que siempre hubo una lágrima o una tristeza en el corazón, pero también esa se compartió; como debe ser...

Por todo ello escribo esta reflexión que inicia el dos mil doce. Año bisiesto en el que cumplirá años mi hija este veintinueve de febrero.

Posiblemente olvide algo que también colaboró a pasar estas fiestas con tranquilidad, brindis varios y muchos y muy buenos amores.
Agradezco la Buena Vida, estos momentos de Felicidad que quiero queden aquí para compartir con el que desee y para releerlos cuando haga falta.



  Aquí les dejo la receta  de esta mermelada, algo ácida y dulce, como mi despedida de este y el otro blog.      Es momento de descanso y re...