Otra cultura y otras costumbres. Sólo el viajero y
aún más el migrante saben qué difícil es la inclusión en un mundo diferente.
Aunque para el viajero es más fácil pues tiene un panorama enriquecedor pero
breve donde generalmente se ve lo bello del paisaje, lo exótico o abundante de
las comidas, el colorido de la ropa del lugar, los modos y modismos que pueden
coincidir o no con los suyos, la experiencia de viajar recorriendo a vuelo de
pájaro algunos sitios pintorescos y que, generalmente, tiene disponibilidad
económica además de la facilidad que le traducen un idioma que no es el suyo. Sólo
evalúa parcialmente esa mini adaptación a la que estuvo expuesto por pocos días
así que el resultado casi siempre es muy satisfactorio incluídas las fotos del
recorrido elegido. Diferente es la situación del migrante y aquí englobo tanto
al emigrante como al inmigrante que ya
sea por elección o por necesidad tiene que afincarse mayor cantidad de tiempo
en otro país, sepa o no el idioma y que por lo tanto tendrá que acostumbrarse a
todo descontando que se pueda y deba financiar por un tiempo. Muy complicado
querido papel, difícil para algunos, fácil para otros, según la capacidad de
adaptación del individuo. Tú no eres nada difícil papel, acoges
mis letras sin más y por eso te agradezco.
El desarraigo aunque sea
esperanzador siempre es algo traumático y si es por huir de situaciones
caóticas suele serlo mucho más. Exige adaptarse a costumbres, modismos, comidas
si las hay, vestimenta, habitación, horarios y en muchos casos a aprender un
idioma distinto y qué no decir del extrañar la familia y la propia tierra.
También necesita la documentación necesaria para residir o para avalar
conocimientos que harán falta para encontrar un trabajo, y la posibilidad de
acceder a él ya que tanto idioma como idoneidad son necesarios sin ninguna duda. Ni que hablar de los que emprenden ese viaje
de manera incierta y peligrosa pues no hay garantía de llegar al destino
elegido y que ya de por sí les insume un gasto, sin garantía de arribo. Hoy día
en que todo el mundo se traslada son muchos los inconvenientes que se plantean
para el migrante ya que en algunos casos tampoco es bien acogido por la
discriminación y prejuicios que existen, sean reales o no, siendo confinado en guetos. Ya hay poca tolerancia entre
los propios habitantes de un país, sea por causas raciales, políticas o de
status social imagínate querido papel en caso de inmigrantes donde todas estas
causas están generalmente juntas. El tema es largo y arduo, a algunos les va
bien por mérito propio, a otros más o menos porque saben adaptarse a lo que la
realidad le plantea y otros subsisten generalmente explotados en talleres,
venta callejera o la propia venta de sí mismos y muchos quedan hacinados en
tiendas de campaña. Cabe decir que la necesidad los hace emigrar, pero también
es un problema de educación de lo que haría falta mucho papel para explayarse.
Duro, doloroso papel, apena que la tan remanida “globalización” no dé cabida a
tanta gente que seguramente es tan valiosa para su propio país como también en
otros destinos.