¿Qué siente esa señora que se
hizo mayor sin darse cuenta? Siente que la alimentan sus recuerdos de docente,
añora el trabajo con niños de todas las edades. Esa señora mayor daba música y
gimnasia a niños de cuatro a trece años. Aprendió mucho de esos niños. Ella
observaba, pero ellos la hacían mirar más allá y crear más allá. El límite es
el cielo con los niños y es bueno volar y seguir su ejemplo. Esa señora mayor
reconoce que ahora los niños tienen otros intereses, aunque muchos sean
impuestos por los padres para ocuparlos en su tiempo libre. Tiempo que ya no es
libre, pues la pandemia impone nuevos rumbos a los intereses y atan a niños,
jóvenes, padres y mayores a ordenadores, celulares y clases por zoom. Esa señora
mayor siente que esto ya se está convirtiendo en una adicción que en muchos
casos es tan nociva para padres como para hijos. Esta señora mayor siente que
el aislamiento por Covid produjo un aislamiento adicional que se está convirtiendo
en un aislamiento mayor, en un aislamiento perpetuo que será bastante difícil
de desaislar pues están todos aislados.