Canto
matinal
Madruga
la calandria
fuerte y
sonora.
----
Palo
borracho
Cubierto
está de flores
Explosión
rosa
----
Bulle en
mi interior
Con
arrollador fuego
La
poesía
La literatura es imaginarse o querer averiguar lo que está al otro lado: más allá del umbral de la habitación, detrás de la puerta entornada que nuestra mano empujará o de la puerta cerrada con una llave que tal vez nos estará prohibido buscar; al otro lado de un río, detrás de una silueta azul de montañas...
Canto
matinal
Madruga
la calandria
fuerte y
sonora.
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Palo
borracho
Cubierto
está de flores
Explosión
rosa
----
Bulle en
mi interior
Con
arrollador fuego
La
poesía
Queridos amigos Tengo que suspender unas semanas mis publicaciones. El brazo derecho hizo de las suyas.
Igual los visitaré
Una
manzana,
delicia,
puro sabor
y a la
cama
----
En vista
y gusto
estimulante
placer:
Pizza
casera
----
Café o
mate
Galleta
o factura
Dulce
despertar
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En su
sencillez
el Haikú
dice mucho.
Breve y
bueno.
Muchas novelas en una, eso es lo que me pareció al leer este libro. Nacimientos siempre naciendo a una nueva historia enganchada y desenganchada de la anterior.
Siempre se repite la misma historia desde
que el mundo es mundo y así lo pone en varias ocasiones el autor. Locura, ficción, que, como en la realidad
hace un parangón tanto en lo familiar como en lo político a lo que vivimos
cotidianamente.
Lugares, ambientación, cambios imprevistos que obligan a concentrarse, olvidándose de todo y del calor.
Cien años de Soledad de Gabriel García Márquez, un libro que no es fácil de leer pero que una vez que uno se mete en la historia es difícil dejarlo.
Cactus y
espinas
del
mundo se defienden.
Frágil
es su flor
….
Las
Golondrinas
beben en
la piscina,
vuelo
rasante.
….
Espera
el campo
la
lluvia bienhechora
sequía
total
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Un vaho
sube
caliente
es el asfalto
leve es
la lluvia.
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Lentos
los cuerpos
danza de
amor comienzan
Momento
ideal
Los dientes limpios
refrescando la boca:
Salud y placer.
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Calor que agobia
la mente
se dispersa
y llega
el sueño.
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Magro
alimento,
para un
pueblo tan triste
no hay
consuelo.
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Son
negros días
para
todo el mundo:
Sin
razón, sin paz.
-----
Mirada ausente
por el
futuro incierto.
Materno
dolor
¿Qué siente esa señora que se hizo mayor sin darse cuenta? Siente que un año más empieza y que el ciclo de reflexiones llega a su fin. Cerrar una etapa y renovarse es lo que se propone todo el mundo al comenzar un año nuevo. Renovarse es la idea, aplicado a todo lo que podamos, que no es lo mismo que descartar, porque las ideas siguen surgiendo en la mente inquieta de esa señora que hoy termina este ciclo. Pues qué mejor que hacerlo a los 18, pues simbólicamente en el último mes del año que se fue, también ella tiene un año nuevo en su haber. Nuevo año por partida doble y eso hace que redoble la apuesta a la vida, mejor aún, a la buena vida. Esa señora que se hizo mayor sin darse cuenta cierra este ciclo con los mejores deseos para todos y espera que se cumplan. Saludable y feliz año para todos.
¿Qué
piensa esa señora que se hizo mayor sin darse cuenta? Piensa que agradece a la
vida haber pasado una Navidad junto a los suyos pues no hay mayor alegría que
esa. Piensa que agradece todos los mensajes de cariño, los llamados, los
encuentros y que retribuye desde el corazón los mismos y los mimos. Esa señora
que se hizo mayor sin darse cuenta, les desea salud, paz y amor. Parece poco
ambicionar, pero en realidad es mucho. También les envía mimos porque hacer mimos
se ha perdido un poco pero esa señora que se hizo mayor sigue mimando pues
mimar es agradable al alma y nada puede reemplazar un mimo, así que mimemos aún
desde las letras.
¿Qué siente esa señora que se hizo mayor sin darse cuenta? Indignación ante la barbarie instalada en un sector del país que no sabe festejar. Años de mandato nefasto, falta de educación canjeada por planes que no enseñan a buscar el sustento sino a mendigar bonos, han conseguido que una parte de la sociedad y lo que es peor, una parte de la juventud, solo se dedique a saquear, robar y matar sin que haya un plan para evitar o sancionar efectivamente ese accionar. Esta señora que se hizo mayor sin darse cuenta sufre por su patria, por lo que queda para sus nietos y familia, por la decepción de ver la decadencia de un país que tendría que ser pujante.
¿Qué siente esa señora que se hizo mayor sin darse cuenta? Siente que con este calor que llegó sin avisar, tiene que descansar más. Se insoló sin darse cuenta y se dio cuenta de que a pesar que el verano no empezó aún, ya no hay temperaturas intermedias para aclimatarse hasta que llegue. También el clima es rápido y sin transición, hasta él vive apurado, no sabe de fechas y sofoca diariamente con térmicas constantes entre 33 y 36 grados. ¡Qué será cuando llegue y se instale si ya hay alerta roja en varias provincias! Esa señora mayor tiene que aquietarse y vivir al ritmo del termómetro que seguramente llegará a 40 o más este año. Así que hará descansar los dedos y escribirá más espaciadamente. Como ella no los olvidará espera que por su parte sea lo mismo, porque el olvido es cosa fea por eso no hay que olvidarse que ella no los olvida porque la insolación pasó pero el desvarío no. ¿Loco verdad?
¿Qué piensa esa señora que se hizo mayor sin darse cuenta? Que hubo momentos de NUESTRA GENERACIÓN en que se amaba a FUEGO LENTO. HABRÁ QUE VER si ese AMOR MARINERO persiste. EN ALGÚN LUGAR DEL MUNDO, ese LADRÓN DE AMOR, cantará O TÚ O NADA y EN EL FONDO DE TU ALMA habrá LÁGRIMAS BLANCAS. Fue un escándalo verlos amarse como LOCOS DE ATAR, aunque EN ESTA OCASIÓN, LLÁMALO EQUIS, es como si oyeras decir: ENCADENADO, SOY QUIEN SIENTE TU MIRADA. Esa señora mayor hoy se siente AL BORDE DEL ABISMO porque EL HOMBRE MÁS FEO DEL MUNDO, TRANQUILO, parece decir: ESTÁS… El AMOR DE OTOÑO será como la SEDA y sabrás que esto está escrito EN TU HONOR, HOMBRE DE LA CALLE y dirás como esa señora que se hizo mayor sin darse cuenta, que, aunque todo sea PÓLVORA MOJADA, muchos son los que preguntan ¿QUIÉN TIENE UN DURO DE AMOR?
¿Qué piensa esa señora que se hizo mayor sin darse cuenta? La tras noche de cine se hizo larga. Eso piensa y se desvela. Piensa que tiene hambre, pero no, debe ser sed, qué mejor que unos mates. Apaga la tele y se lava las manos, prepara quita esmalte y procede a renovar el de sus uñas mientras con mucho cuidado, toma unos amargos. Silencio, calor, tranquilidad en la casa y en el barrio. No se escuchan ni los perros solo el leve sonido de la computadora y del teclado. Madrugada de Domingo, en algún lado habrá juventud disfrutando la noche y la vida que bulle. Allí sí que habrá sonidos. Música estridente, euforia, alegría, amores, requiebros, gritos, desencuentros, descorchar de botellas, hielo bailando en las cocteleras, chocar de copas, pies marcando el ritmo, voces entonando o desentonando canciones, manos palmeando, manos acariciando, murmullos de placer frutos de la pasión de un momento, acelerar de motores con escapes abiertos o cerrados y la dichosa juventud que aprovecha esta hora de la mejor manera, porque las maneras cambian, y la señora mayor encuentra su manera escribiendo y también a su manera, la manera de disfrutar de esos amargos que le saben a gloria.
¿Qué piensa esa señora que se hizo mayor sin darse cuenta? Piensa en la gran alegría de poder viajar y de estar bien para hacerlo. Doce horas de viaje en micro y al fin las Termas de Río Hondo. Recorrer paisajes rurales, disfrutar de la pileta termal, aguas termales realmente beneficiosas que visita hace ya muchos años y que la pandemia retrasó por causas conocidas. Spa, masajes, sol, descanso, comidas y dulces regionales, música folklórica del lugar, todo entró en ese placer. Aire libre, paseos, charlas con lugareños, especias frescas y olorosas, sol y cielo azul, parques y esculturas en madera, árboles y descanso. Remanso de paz en contacto con la Naturaleza. Esa señora que se hizo mayor sin darse cuenta quiere compartir con todos porque compartir es disfrutar doblemente, porque el que comparte revive lo vivido y aumenta su disfrute, disfrute que le gusta que todos pudieran disfrutar porque la vida nos brinda esa alegría y ese disfrute del cuerpo y del espíritu.
¿Qué siente
esa señora que se hizo mayor sin darse cuenta? Hoy siente que se acerca la
primavera y el recogimiento al que invita el invierno se aleja y todo
predispone a florecer renovarse y bailar al compás de la música. Suena el
teléfono. El clásico llamado matutino de su hermano interrumpe la acción: -¿Qué
hacés? - “Bailo” - ¿Qué? – “Bailo, en vez de hacer gimnasia, bailo..” - Vos estás cada día más loca – “¿Vos
bien?” - Igual que siempre, hasta luego – “Hasta
luego hermanito” El llamado es breve, empieza y termina como todos los días. La
señora mayor sigue en el baile de la vida. La vida propone otro ritmo cada día
y hay que bailar el ritmo que se presente aunque no agrade. Hoy la señora mayor
decide ponerle la alegría de la primavera que viene bailando con música o sin
música, ya se verá que baile propone. ¿Quién me quita lo bailao? Dice el refrán
y ella lo aplica para compensar los días que el baile no le gustó. Piensa que
es muy triste bailar siempre la misma música. Cambiando la música interior puede
afrontar los cambios de baile que le presenta la vida que siempre tiene un
baile distinto. Bailar, siempre bailar que cada uno tiene su baile. Bailar
hasta que las velas no ardan y el baile termine.
¿Qué siente esa señora que se hizo mayor sin darse cuenta? Siente que el dolor de garganta y la tos no se van tan rápido como se fueron sus años. ¿Será que ya no recuerda sus anteriores dolores de garganta? Siente que todos los dolores duran más y después piensa que duran más porque se piensa más en ellos, porque piensa que todo se agranda mientras ella se achica. Piensa que sus pensamientos no son tan creativos aunque reconoce que no es por eso, es porque no los escribe inmediatamente, porque está perezosa para ello. Esa señora que se hizo mayor tiene más tiempo para pensar porque los demás piensan que es mejor que les hagan los trámites y las compras. Ella se ríe interiormente porque ya empezaron a tratarla como tonta y porque sabe que no es así. Ahora que su nieta no está porque se fue a vivir sola y su hija sale más, puede hacer más cosas sin que le anden atrás y eso la hace pensar que sí, puede hacer cosas. Piensa que es bueno subir a la escalera y limpiar los azulejos más altos, solo hay que tener cuidado y andar más lento pero: ¡Qué bien se ven cuando se enciende la luz y todo reluce! Piensa que hay cosas que no cuenta hasta que estén listas, que será bueno irse en Octubre a las Termas y no solo lo piensa: Ya dejó la seña porque es muy pícara y no quieren que le llenen la cabeza de pensamientos. Esa señora que se hizo mayor aprovechó para dejar el tejido y ponerse a escribir en la serenidad de la tarde y de la casa. Siente que los demás no sienten lo que ella y los disculpa, piensa que hay que comprender la ignorancia, que solo es miedo, de los hijos y los jóvenes. Así que piensa que los pensamientos son variados en todos los que piensan, porque todos piensan distinto y que los pensamientos cambiaron con el tiempo aunque los pensamientos del corazón siempre hace que lo que piensa sea bueno y perdonable.
¿Qué siente esa señora que se hizo mayor sin darse cuenta? Piensa que la vida es cambio y sigue cambiando. Su nieta Rocío comenzó la mudanza, se hizo mayor la niña y va a emprender su andadura sola. Muy entusiasmada con su departamento, desecha lo antiguo, renueva algunas cosas. Así debe ser, felicidad total por ella que se anima a volar. Cajas y más cajas por días, que hacen que esa señora que se hizo mayor sin darse cuenta, colabore, sonría, aliente, sugiera, compre o done algunos elementos para el mini ambiente tratando de no invadir, de acompañar y no demostrar que su corazón salta de alegría pero también de cierto temor que trata de desechar. Esa señora que se hizo mayor sin darse cuenta recuerda su momento de independencia y sonríe. Independencia, libertad, inquietud, proyectos, a veces sinsabores, pero al fin enfrentando la vida y entrando en una adultez responsable, que a pesar de las responsabilidades, nunca es suficiente porque la responsabilidad es un camino interminable de variopintas responsabilidades que aunque seamos responsables, nunca llegan a hacernos absolutamente responsables.
¿Qué siente esa
señora que se hizo mayor sin darse cuenta? Salió del cascarón y anotó en su
agenda: Cambiar la rutina. Mala consejera es la rutina y en el invierno se hace
más rutinaria. La señora mayor no pide perdón por las repeticiones porque
explican mejor lo que siente. Muchos días de niebla persistente nieblan las
ganas. Muchos días de cien por cien de humedad crean cortocircuitos en las
neuronas. Muchos días de llovizna molesta dejan los pisos pegajosos y
resbaladizos. Son muchos días de
acumular ropa porque no se seca y esa señora que se hizo mayor sin darse cuenta,
no lava pero se da cuenta de lo útil que sería tener un secarropas. Pero como
todo pasa y la vida es pasar, hoy salió el sol, la lavadora la acompañó con
sus movimientos casi toda la mañana. Volvió a leer la agenda con su sabio
consejo: Cambiar la rutina. Y dejó de mirar programas de televisión anodinos y
truculentos. Que mirar por mirar es como enterrarse antes de tiempo en una
tumba imaginaria, así que no se tumba más en la cama porque dejó de ser una
tumba con el firme propósito de no tumbarse más.
¿Qué piensa esa señora que se
hizo mayor sin darse cuenta? Viendo un programa llamado Los malditos Nerds simplemente
para estar al tanto de lo que le gusta o en lo que incursiona su nieta, ve que “Los
malditos Nerds” son muy apasionados en lo suyo Lógicamente solo hablan de video
juegos de diferentes tipos, de seres extraordinarios luchando y de efectos
especiales que hacen a la cuestión. Nada cambia, se dedican a eso igual que esta
señora mayor cuando habla de jardinería. Otras hablan de consulta a médicos, varias
de preparaciones culinarias, igual que ella y la mayor parte de nietos. Picotean diferentes temas, pero cada uno se
apasiona y habla mucho más de lo suyo. Coches
o motos, de fútbol, de la docencia de viajes o de “tiempos pasados” como los
más mayores. De precios, y algo de política. Algunos desdeñan un poco las
aficiones de los demás, pero se toleran bastante y todos ponen alguna acotación
o pregunta interesante. Conversar y tolerar esas aficiones absolutas es el arte
de comunicarse aunque todo se repita. Comunicarse, comunicando y aprendiendo,
pero también escuchando, conversaciones y anécdotas que hacen al arte de
conversar entre familia y amigos pares y no tan pares, conversando con el único
fin de reunirse para estar juntos y conversar.
¿Qué siente esa señora que se hizo mayor?Siente que se vino el frío y aun así está contenta pues lo puede desafiar. Puede desafiar inclusive el viento frío, y sale, a veces en colectivo, a veces caminando, pero sale. Sabe que la vida es un desafío y entonces se abriga y le hace frente. No usa gorro ni echarpes, solo cuellos altos, abrigo y guantes de cuero que la resguardan sin impedirle movimientos. La vida es movimiento y un constante desafío. Y ahí va, buscando precios, otro desafío para esta época. En el barrio los comerciantes saben que muchos no van lejos buscando diferencias y la señora que se hizo mayor camina y logra hacerlas. Claro que la salud la acompaña, no es para todos andar desafiando el frío, el peso de las bolsas y la caminata. Además parece que es atérmica, pues desafía bien ambas temperaturas. ¡Qué desafío es vivir en estos tiempos! Agradecer, siempre agradecer el privilegio de poder desafiar al frío o al calor, al bolsillo y la salud. Gracias que no hacen gracia aunque ayudan a mantener el agradecimiento por poder agradecer.
¿Qué siente esa señora que se hizo mayor? Siente que los cumpleaños entre sus pares son cada vez más reducidos. Cada vez las primas, hermanas, cuñados y amigas de un sexo u otro son menos, algunos por distancia otros por incapacidad para moverse y otros porque nos miran desde las estrellas. Aunque la alegría del encuentro, los mimos y honores son los mismos, los regalos se complican por tallas y porque “tenemos de todo” y porque no podemos comer esto o lo otro. Los perfumes no a todos sientan o gustan y el presupuesto está reducido. El amor reina junto con los recuerdos que algunos no recuerdan y que el más o la más memoriosa avivan para regocijo o extrañeza de los demás. Se saltan los regímenes porque la pastillita ayuda a degustar cosas que diariamente no acostumbramos a comer. Sana y amorosa costumbre la de los cumpleaños, donde se saca la vajilla como antes y donde la torta reina casi siempre con una velita y un número delator y se canta con voz no tan afinada y armoniosa pero con énfasis, para que el próximo sea tan bueno o mejor que éste y recordemos lo que no recordamos hoy, porque la memoria ya recuerda los recuerdos cuando quiere y cuando puede recordar.
Canto matinal Madruga la calandria fuerte y sonora. ---- Palo borracho Cubierto está de flores Explosión rosa ...