miércoles, 25 de octubre de 2017

JUAN RAMÓN JIMENEZ

(Fotos de Wikipedia)



El hombre

por Adolfo Morales

Varios escándalos sexuales, un suicidio, la pérdida de la confianza de algún que otro amigo, y diversas aventuras hasta llegar a su amor definitivo son el bagaje impetuoso, apasionado y casi desbocado del poeta. 
Juan Ramón buscó incesantemente en sus sucesivos idilios el encuentro definitivo con la mujer ideal.

Hace algunos años visitando la Casa Museo de Moguer, una vitrina y unos objetos discretamente situados hablaban de una mujer, de otra que no fuese Zenobia, y así descubrí justo lo que esperaba, al hombre despojado de su prosa.

Fui buscando a J. Ramón (como firmaba en sus comienzos) y tropecé con Marga Gil Roësset, y después con sus otras mujeres: Blanca Hernández-Pinzón, Susana Almonte, Carmen Rasco, “las moguereñas”, las francesas: Jeanne Roussié y Francina, las tres novicias: Pilar Ruberte, Filomena y Amalia Murillo, Louise Grimm, y finalmente Zenobia, su amor definitivo.

Varios escándalos sexuales, un suicidio, la pérdida de la confianza de algún que otro amigo, y diversas aventuras hasta llegar a su amor definitivo son el bagaje impetuoso, apasionado y casi desbocado del poeta. 
Juan Ramón buscó incesantemente en sus sucesivos idilios el encuentro definitivo con la mujer ideal.

“Una mujer bella e inteligente, vale más que un hombre de genio; una mujer solamente agradable vale más que un hombre culto”.

El amor carnal que parece tan ajeno a Juan Ramón, irrumpe en escena, al rescatarse de un olvido más o menos forzado y gracias a las investigaciones llevadas a cabo por el profesor José Antonio Expósito Hernández y su prolija investigación a caballo entre el archivo familiar del poeta, el Archivo Histórico Nacional de Madrid y la Sala Zenobia Juan Ramón Jiménez de la Universidad de Puerto Rico, la obra Libros de Amor publicada en 1913, que el poeta escribió cuándo contaba treinta años, entre 1911 y 1912, siendo su obra más sensual y erótica, y por ende la más humana. 
Zenobia Camprubí en el otoño de 1913 lo retiró de la imprenta por encontrarlo inconveniente y así quedó hasta que fuese devuelta a la luz en 2007 por Linteo Poesía de la mano de Expósito.

Hacia 1903 comienza el poeta una especie de diario, casi secreto de su relación con las mujeres, el sexo y en ocasiones la obsesión por turbar todas las reglas sociales.
La muerte de su padre y su proverbial melancolía le llevan primero a la Maison de Santé dirigida por el psiquiatra Gastón Lalanne esposo de Marie Roussié.

Memorias de Marga Gil Roesset.
De la francesa Marie Roussié, una mujer casada, escribiría: 

Tu sexo negro, suave como un plumón de pájaro,  entre las sedas blancas, amarillas y malvas / era como un faro de sombra para mis ojos / en un revuelto mar de tibias olas pálidas…
Y también Tus dos pechos desnudos, con la ardiente señal de mis labios saciados / eran violentamente con los pezones rosas adornados de sombra, / morenos al reflejo sangriento del poniente…

Cuando estuvo posteriormente en La Casa de Salud de Nuestra Señora del Rosario atendido por la Congregación de las Hermanas de la Caridad de Santa Ana, él mismo nos descubre sus lances con aquellas monjas que le cuidaban, a tres de las cuales enamoró, sedujo y escandalizó.
“Esta noche me acuerdo con honda melancolía del Sanatorio, de aquel cuartito mío que daba al jardín y a la fuente, y de la hermana Pilar Ruberte. 

Hermana, ¿qué tienen tus ojos para mi alma? ¿Luz? ¿Amor? ¿Ternura?… Tú me llamabas dulcemente. Las demás hermanas con su cariño oficial me llamaban Juanito… tú no. Cuando venías hacia mí, sonreías, y con tu bella voz velada me decías Juan. Y me mirabas con luz y yo te miraba. Y tú me mirabas fijamente…”.
 
Primera edición (Año 1914)

Durante su estancia en el Sanatorio del Rosario de Madrid hacia 1901 contando diecinueve años entabla amistad con las novicias más lozanas y termina encaprichándose especialmente de la hermana Pilar que recién cumplía veinte años y a quien llamaba “Mi Venus de Milo” , de ella escribió:

 “Hermana Pilar, ¿tienes aún tan negros tus ojos? ¿Y tu boca tan fresca y tan roja? Y tus pechos… ¿cómo tienes tus pechos? Ay! ¿te acuerdas cuando entrabas a las altas horas en mi cuarto, cuando me llamabas como una madre, cuando me reñías como a un niño? ¿No recuerdas que yo te hablaba siempre lleno de tristeza?…”

La Hermana Pilar Ruberte, tuvo que ser trasladada de convento por el “escándalo ocasionado”.

“Cuando huía, en un vuelo de tocas trastornadas
de la impetuosa voluntad de mi deseo
se refugiaba en un rincón, como una gata…
pero sus uñas eran más dulces que mis besos…
Y en la proximidad ardiente del placer de su carne
me incendiaba el olor de todos sus secretos…”.

Todos esos romances fueron un constante rumor de la época y aún quince años más tarde la madre de Zenobia Camprubí los utilizaba como argumento para tratar de impedir la boda de su hija con Juan Ramón.

Pero si estos fueron delirios, ya casado con Zenobia, el suicido de Marga Gil Roësset marca un punto de inflexión en este juego de influjo y seducción que una veces buscado y otras de un modo inadvertido envuelven al poeta.

Marga era una escultora de la época, muy joven apenas 23 años y él 50, encantadora, de belleza turbadora, con gran proyección  y posibilidades en la corriente Modernista de la época. Llega al poeta de la mano Olga Bauer. Se enamoró locamente de él, de su actitud distante, de su palabra sabia, de su “voz de plata”.

 “¡Ay, cómo me gusta oírte, oírte, oírte… ¡Tu voz… Dios!”

El poeta, sin embargo, la rechazó. La jovencísima escultora decidió quitarse la vida. “Mi amor es infinito… La muerte es infinita… y la soledad”, escribiría.

Marga se fue a Las Rozas a casa de unos familiares. Escribió tres cartas llenas de turbación: a Zenobia, a sus padres, a su hermana Consuelo. Se metió el revólver en la boca y disparó. Los familiares avisaron a JRJ, el poeta llegó cuando la escultora expiraba. Tomó sus manos.

 Fueron momentos intensos, dramáticos. 

“Cuando agonizaba -escribió Juan Ramón-, henchida de virilidad, parecía decir: porque he querido”.
En un sobre cerrado, encontrado en su casa de Puerto Rico, con el epígrafe ‘Lo de Marga’, el poeta tras su muerte, en agosto de 1932 escribiría diversos poemas y versos sueltos:

 “Tu sufrimiento, muerta tú, se ha quedado expandido sobre mi, como el rojo del sol, después de puesto, por la tarde. Sentimiento sordo, profundo, concentrado, inmenso….”

¿Acaso un genio puede dejar de ser hombre?


Fuente:
revistadeartes.com.ar/revistadeartes-51/51_lit-juan-ramon-jomenez
huelvabuenasnoticias.com


sábado, 7 de octubre de 2017

EL TREN DE LA VIDA...




Un viaje con buena literatura. El libro entre las manos.
El tren se desliza rápido tal cual se desliza la vida.
Las ilusiones en el corazón son una gran incógnita.
El amor es una incógnita.
¿Cómo viene?, ¿Cómo se va?
¿Cómo perdura en el tiempo?
Un viaje hacia el amor, esperanza renovada, cambio hacia la alegría.
Amigos, familiares, extraños, de todo en este viaje de la vida.
Encuentros, pérdidas, bajar, subir, cambiar de tren.
El viaje no se interrumpe aunque algunos se hayan bajado.
Nosotros seguimos hacia lo inesperado que siempre está.
Y el complemento inexplorado, otra incógnita. El sexo, que aportará o que no se concretará.
Un viaje hacia el otro donde los destinos se unen pero también se bifurcan, se complementan, aunque a veces se rechazan.
El tren se detiene por imperio de los tiempos como a veces se detiene la vida, para volver a recomenzar lento, pero llevando tras de sí más bagaje, 
aunque también puede llevar menos, eso depende del viajero...
Todo viaje tiene dos caras...
No dejar pasar el tren, pues hay muchas clases de viaje, que no todo es amor.
Leer en el viaje, a veces se puede, otras no.
Abrir el libro al azar, que todo viaje es azar.
La vida es azarosa.
El ying y el yang… La luna y el sol

Después de esta divagación agrego algo de uno de mis escritores favoritos:

La importancia de vivir
   de Ling Yutang.

"Para gozar de las flores hay que asegurarse amigos de gran corazón. Para ir a las casas a mirar  las mozas hay que asegurarse amigos atemperados. Para subir a lo alto de una montaña hay que asegurarse amigos románticos. Para ir en bote hay que asegurarse amigos de carácter expansivo. Para mirar la luna hay que asegurarse amigos de fría filosofía. Para esperar la nieve hay que asegurarse amigas hermosas. Para una fiesta de vino hay que asegurarse amigos con sabor y encanto."

Vuelve la reflexión. Sí, Todo es amor, todo es ficción, todo es realidad, todo es sensualidad, todo es juego, felicidad, tristeza, nacer, morir, ir, venir
Miro la vida, como en el cine.  A veces son flashes, puede ser una larga película aburrida, de terror, nosotros la elegimos por algo…
Hay cortos inquietantes  y  todo es como en la literatura que buena o mala es solo una analogía de muchos trenes, de muchas vidas.

Y aquí termina mi "divague" 

  Aquí les dejo la receta  de esta mermelada, algo ácida y dulce, como mi despedida de este y el otro blog.      Es momento de descanso y re...