Ayer un día espléndido… de helados, sol,
paseo por el parque, sin prisa, buscando una sombra para descansar un poco.
Pletórico de alegrías varias, jóvenes jugando al vóley, padres con sus hijos
comprando copos de nieve o manzanas caramelizadas. Niños andando en bicicleta y
madres acunando a sus pequeños.
No faltó un picadito, la infaltable pelota
escapando de los límites y atreviéndose hasta nuestros pies. Mayores
devolviendo el tiro y rememorando tiempos idos. Infaltable práctica de gimnasia
y también los adeptos a correr o trotar.
Diferentes mesas de cemento donde algunos
disfrutan de ajedrez o damas, pensadores del aire libre.
Libres de barbijos aunque las
precauciones continúan están los amantes del mate compartido, eso sí, sigue la
costumbre de llevar cada uno el suyo. Para mí no es lo mismo aunque no queda
otra. Cuando el mate pasa de mano en mano une, invita a las bromas,
confidencias y al cercamiento de los corazones.
El cielo está totalmente despejado. Junto
a árboles añosos y diversos distribuidos en el centro y algunos cerca de los
caminos hay claros donde pequeños arbolitos apuntan al cielo. Es la renovación
del futuro paisaje.
Rodeando los senderos recorrimos la periferia que tiene aproximadamente 1 km. Cambiando
opiniones, y hablando de bueyes perdidos, recorrimos esos mismos senderos
varias veces, ni lo notamos. No los sumé.
Ese fue el preludio de una primavera que
se aproxima, pero hoy todo cambió rotundamente. El invierno se despide con
vientos fuertes, cielo cubierto y todo lo que él sabe hacer.
Es el campo más extenso de 3 de Febrero en Ciudadela Norte, tiene más o menos la extensión de 3 manzanas y es mantenido por la Municipalidad y los vecinos.