DIOS SABE LO QUE HACE
Pasó el 9
de julio, pasaron los festejos y hubo un descanso hasta los dos últimos
partidos de la Copa América.
Más
festejos… ¡Y qué festejos! Mucha gente, seguro más contagios, en fin,
imparables festejos y reclamos. Algunos por el futbol, otros por la situación
económica precaria en que se vive y los más en fiestas clandestinas... Desahogo
por tanto penar de la gente.
El país
entero se engalanó de banderas argentinas, de abrazos y de gritos, de cánticos
alegres, ardorosos, desmedidos y en algunos casos más que desmedidos. Miles de
formas de expresión donde no hubo distinción de clases y ¡Al fin! tampoco de
grietas políticas o politiqueras.
Durante
toda la copa extrañé a mi amigo chileno Esteban Blog, tan equilibrado en sus
comentarios que por eso mismo daba gusto leerlo y con el que compartíamos
opiniones. De algo estoy segura, partió en el momento justo y en momentos
felices junto a los suyos. Hubiera sufrido mucho por la pandemia en su país.
Siempre hay
una de cal y una de arena, el dicho es oportuno cuando pasan cosas así.
La vida es
un ir y venir por momentos alegres y no tanto. Hace años, muchos años había un
teleteatro unitario que se llamaba: “Dios sabe lo que hace” Era muy
interesante, actores excelentes que ya partieron, especialmente su protagonista
Raúl Rosi, pero para mí fueron inolvidables sus actuaciones y situaciones.
Siempre me
repito “Dios sabe lo que hace” tanto en situaciones difíciles como en
situaciones felices. Este es uno de esos momentos en el que hay que acompañar y
enfrentar noticias insólitas, sorprendentes, dolorosas a veces y también
incomprensibles que rompen la rutina a la que estábamos acostumbrados.
Pues no hay
que acostumbrarse a nada, todo cambia en segundos, no ya en minutos ni en horas
pues todo te sorprende con algo que no hubieras imaginado.
A pesar de
todo, hubo nacimientos en la familia, renovación y cambio positivo en todos.
Hubo cumpleaños y abrazos virtuales, hubo mejoras en algunas casas. En fin,
hubo cambios sustanciosos en todos y no se puede dejar de festejar, de eso se
trata, de seguir adelante.
En mi vida
siempre hubo cambios, pues a seguir en ello con fe, empuje y esperanza.
Como ven: Voy y vengo... imposible evitar volver.
Ahora sigo con mis vacaciones.