SERPIENTE ARCO IRIS -Mural en la calle Spinstraat 199en Amsterdam - HolandaSu autor: PATRIES VAN ELSEN - Año 1999
El cielo se calmó. El sol asomado en alguna parte daba forma a un amplio Arco Iris. Era espectacular. Tanto en su largo como en su ancho desplegaba sus vistosos colores desde el fondo de las Cataratas de Tissitat hacia el cielo.Las abundantes lluvias aumentaron el caudal ocre del Nilo Azul, formando saltos espectaculares que la pequeña Minia miraba fascinada desde lo alto.
El cielo se calmó. El sol asomado en alguna parte daba forma a un amplio Arco Iris. Era espectacular. Tanto en su largo como en su ancho desplegaba sus vistosos colores desde el fondo de las Cataratas de Tissitat hacia el cielo.Las abundantes lluvias aumentaron el caudal ocre del Nilo Azul, formando saltos espectaculares que la pequeña Minia miraba fascinada desde lo alto.
Estirada cuan larga era sobre la exuberante vegetación, Minia se dejaba invadir por el descomunal ruido sumergiéndose en el placer del espectáculo total con todos sus sentidos. Percibía los olores de las distintas especies de árboles y arbustos y también del agua cargada de sedimentos y minerales. Y aún así le hubiera gustado sumergirse hasta lo más profundo. “Sabía” que alguna vez estuvo allí y sentía deseos de volver al seno de esas aguas turbulentas.Llevaba el pelo brillante y negro en diminutas trenzas estiradas hacia atrás, su frente amplia formaba un óvalo perfecto hasta el mentón. Ojos nariz y boca, profundamente negros, eran exuberantes como la propia vegetación.
Observaba hipnotizada hacia la profundidad: el Tisoha (ó “humo de agua” como le llamaban los lugareños) lo invadía todo.Esperaba el gran momento, ella sabía que el misterio estaba en las aguas.
¿O tal vez en el Arco Iris?
Sus ojos fijos, muy abiertos, desafiaban la luz del sol sin cerrarse..
De pronto resonó un trueno poderoso que interrumpió su estatismo, el Arco Iris estalló en más colores deformándose, algo se enroscó en él que se estiró y se estiró en una larga cola que quedó sumergida en las aguas.
Era Chinawezi que resurgía.
La potencia de su cuerpo elevaba chorros que formaban infinitos Arco Iris. Minia quería agarrarlos y estiraba al máximo sus brazos que brillaban más que nunca con el vapor reinante.
Chinawezi reparando en ella comenzó a moverse en desordenado espiral, su potencia serpentina dejó libre al Arco iris y con la misma fuerza que había surgido de él elevó su cabeza al cielo desafiando al sol con sus ojos sin párpados.
Minia estiraba aún más su negro cuerpo. Sentía como Chinawezi la envolvía con húmeda suavidad. La estrujaba con la sabiduría y decisión de los anfibios.
Siete anillos la aprisionaban con firme levedad, siete divisiones de la creación que iban dejando sus huellas sobre el cuerpo de Minia que se estiraba y se estiraba tomando la misma serpentina forma de Chinawezi.
Los ojos de Minia también miraban fijamente al Sol; luego su ofidia cabeza se introdujo en el cielo, su cuerpo sinuoso mostraba sobre las escamas, el dibujo de siete brillantes anillos negros en perfecta simetría. Su larga cola se sumergió en las aguas tan estrepitosamente como lo hacía Chinawezi.
Ella misma era la gestora de múltiples Arco Iris sacudiendo con energía ancestral las aguas subterráneas.
Hubo un remolino de mutuo reconocimiento.
Luego todo se calmó.
La naturaleza recobró su ritmo. Las Cataratas del Tissitat seguían cayendo con la estrepitosa turbulencia de siempre.El ciclo se había cumplido y Minia volvía a sus orígenes.
Chinawezi poco a poco fue regresando a su raíz de serpiente cósmica, a fundirse nuevamente en los colores del Gran Arco que surgía de las profundidades hacia el cielo.
Entonces se produjo su renacimiento y volvió a ser el rey;
Nkongolo... El Rey Arco Iris.
8 comentarios:
Extrordinario y exquisito relato, sabes que cuando leía, las imágenes que se me venían a la cabeza, eran las de hace un rato.
Hice el amor con una mujer negra, tan perfecta como bella. Te juro que me había formado muchas espectativas, había estado con mulatas, pero esta dominicana, superó todas mis espectativas.
Ojalá este comentario no turbe tu blog.
Pero la manera en que describes a ese personaje en este relato es casi como lo que acabo de vivir.
Gracias por tu visita.
Lo traspasé inmediatamente a uno de mis blog. www.hijodedonquijote.blogspot.com eres libre de leerlo o nó. Pero si quieres ver o sentir lo que viví, está ahí.
Una mujer negra es la imagen del pecado, aquel que disfrutas al cometerlo. No importa su costo, supera todo lo imaginable.
Gracias por tu comentario, pero no creo que tengamos que asociar a una mujer negra con la imagen del pecado, ellas son tan sensibles como las blancas, amarillas o morenas. Por otra parte no se puede llamar pecado a la fusión de dos almas o cuerpos, estoy convencida que hemos venido a este mundo a disfrutar más o menos profundamente y a vivir de la mejor manera posible, siempre que haya anuencia en las relaciones.
No hablo en este caso de un hombre, es una serpiente mitológica que encuentra su par, pero todo en la vida es así, cuando encontramos ese "par" hay una fusión total...
Visitaré tu blog. Saludos
porqué no meter a Dios? ..... raro, pero dios esta presente en cada uno de mis irrefleccivos actos.
El paraiso no está tan lejano como lo ves, está ahí, al doblar la esquina....
y de variados colores.
Maravillosa imaginación y talento, para crear un impecable e inquietanta relato, querida Amiga.
Mis felicitaciones, y mi gracais pro tu cordial visita.
Ole, que apa que te veo en esa foto, enga.
EL NAVEGANTE3: Tu comentario me da alegría ya que por un ratito pude entretenerte. Un abrazo, te seguiré visitando.
-“Sabía” que alguna vez estuvo allí>- Un bonito texto con aires de fantasía o de mitología pero lleno de pictoricidad y bonitas imágenes. Me quedo con una frase bellísima:
"su potencia serpentina dejó libre al Arco iris"
Qué sorpresa agradable me da el hecho de que se lean relatos anteriores. Muchas gracias por tus palabras. Un abrazo
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