A medida que iba cayendo la tarde, las sombras de la lejana arboleda eran como un oasis que invitaba a refugiarse del intenso sol estival. Mis sentidos imaginaban el frescor y el aroma de las distintas especies del bosque.
Sabía lo que pasaría al caer las sombras. La pequeña llegaría corriendo, casi aladamente a nuestra aldea y como todos los días, regresaría al bosque antes de que amaneciera. Pregunté el porqué del ritual de esa niña que vivía entre los árboles. Los indígenas, con su piel curtida, casi cuarteada de soles me contaron con ademanes expresivos que bajaba para atender a los niños y que antes del alba regresaba al bosque.
Los enfermos, gracias a ella, recobraban poco a poco la salud y los más graves morían beatíficamente, reconfortados por las caricias y palabras de la pequeña, como si ello garantizara su pasaporte a otra vida, a otros mundos, sin penurias ni necesidades.Yo sentía curiosidad. Los nativos no contestaban a mis preguntas, solo la esperaban cuando caía la tarde, al llegar las sombras.
Ella bebía únicamente miel. Su pelo y sus ojos eran de ese color, la llamaban Ojos de Miel.
Sus piernas y sus brazos eran tan finos y delicados, que no concordaban con la energía de su tarea, de su recorrido diario, rápido, misterioso. Sus pies casi no tocaban la tierra yendo de una choza a la otra, chozas de barro y paja, redondas, con ventanas en ambos lados y una entrada sin puerta, abiertas a una anhelada brisa que no llegaba.
La tierra, cuarteada por los intensos rayos del sol hacía que mis pies ardieran. Yo esperaba ansiosamente la lluvia. Esa noche era imposible dormir. Mi cabeza y mis sienes martilleantes anticipaban en gotas saladas lo que pronto llegaría. Al comenzar la lluvia, sentí un intenso olor que subía desde la tierra, un vaho infernal lo envolvía todo. De golpe una cortina brillante, torrencial, caía sin interrupción hacia la tierra. Agradecíamos bailando y riendo el bienhechor elemento.
La niña no interrumpió su tarea. Sus frágiles piernas apenas despegaban del lodo marrón rojizo del suelo. Miraba el cielo con preocupación, como controlando tiempos.
Emprendió el regreso trabajosamente; me pregunté si se habría contagiado algún mal, o si tal vez la mojadura habría afectado su salud. Sus cabellos y sus brazos chorreaban agua. Observé mis zapatos: parecían moldeados por un mal alfarero, patinaban en el resbaladizo suelo, mi camisa y mis pantalones se pegaban al cuerpo como un guante inundado.
La lluvia garantizaba alimento para la población indígena. Ahora la plantación renacería. Almacenaron suficiente agua hasta la próxima lluvia. Súbitamente la oscuridad dio paso al sol de la mañana, sin transición.
Divisé a la niña. Aún le faltaba un buen trecho hasta la arboleda.
Al caer la tarde no llegó. Los nativos lo asumieron normalmente, yo decidí ir hasta el bosque. Metros antes de la verde y refrescante espesura, ví algo brillante. Era la pequeña. Sus piernas y sus brazos cubiertos con el barro rojizo ya reseco, pegado a la tierra. Sus cabellos enmarañados, apenas tenían destellos color miel. Mi corazón estrujado de pena latía apresuradamente. Entonces ví sus pequeñas y frágiles alas doradas calcinadas por el fuerte sol. Mientras despegaba la terrosa cerámica de su cuerpo, un leve astillarse me alfileteaba el corazón. La levanté en mis brazos. La llevé a la aldea. En un extraño ritual, los indígenas la limpiaron y en un lecho de flores la dejaron en el bosque. Cuando acabó la ceremonia solo dijeron:
“Al caer la tarde, con las sombras del anochecer, llegará otra niña con pelos y ojos color miel,,”
29 comentarios:
Me ha gustado mucho la ambientacion y el ritmo. Creo que es precioso, tierno y emotivo cuento de hadas adaptado a las tierras o selvas al otro lado del charco.
Curiosa historia y curioso final. Es como una leyenda y, sin embargo, es una presencia viva como pueden ser el sol y el aire, el agua y la nieve que se renuevan siempre.
Muy bonita narración.
Rosamaría eres un maravillosa escritora...me ha emocionado este cuento, del cual destaco: "...mientras despegaba la terrosa cerámica de su cuerpo, un leve astillarse me alfileteaba el corazón"
!!sublime!"
Un abrazo grande
¡Qué ternura de relato!, viva imaginación y ambiente soñado e idealizado.
Una mariposa-niña que renace de acuerdo con las necesidades de los habitantes de una remota aldea y que ellos, quizá injustos, aceptan como algo debido.
Bicos y mis bridis por todas las niñas aladas, aunque tan sólo sean producto de nuestra imaginación.
Siempre que me dispongo a devolverte la visita (que te agradezco profundamente) me sorprende un maravilloso relato.
un abrazo fuerte
Mary
me gusta como escribes como nos preparas para el momento y la misma historia.
me gusta tu sitio.
con tu permiso seguiré por aqui
MANUEL ALJAMA:Gracias por tu comentario, a veces uno vuela con la imaginación.
FRANZISKA: Rara tu interpretación, gracias, yo creía eso mientras lo escribía como si lo estuviera presenciando.Gracias amiga
ELENADESANTELMO: Gracias por tu comentario, te extrañaba por aquí. En cuanto al párrafo que mencionas,yo sentía eso en el corazón cuando lo escribía. Beso y bienvenida.
FONSILLEDA: Pues buena ocasión para un brindis, yo tengo tanto calor que brindé con Kombucha. Gracias y besotes.
K. Mary: Gracias, me encanta que me visites, así como pasar por allí, me gustaría que vieras en mi otro blog los camalotes que me regalé. Un beso y hasta pronto.
Vaya. Veo que los virus no te ha afectado la imaginación. Un cuento precioso, de otro mundo al que me has transportado.
Saludos desde Madrid
Querida Rosamaría que lindo cuento, sin duda se lo relataré a Dami en la noche, te mando un beso enorme tia Elsa.
AH! que buena entrada. Tengo que venir mas seguido eres muy brava (como dicen los italianos) escribiendo.
Que linda es la literatura y mucho mejor cuando se tiene talento para recrear el entorno como lo haces.,
Un abrazo y hasta la proxima.
Jo!! Que bonita historia.. como en los cuentos de hadas.. que lindo escrito maria me has llevado de la mano adentrandome en cada linea.
Que decirte!! ME HA ENCANTADO...
Espero que estes bien..
Te dejo abrazos.
Precioso cuento Rosa María. Bonito y dulce como la miel.
Besos y gracias por acercarte.
Buen relato. Me alegro de haber pasado por tu blog.
Si quieres ver algo más sobre el poeta Enrique Badosa, puedes acceder a:
http://asimelocontaron.blogspot.com/2009/03/enrique-badosa-homenaje-en-almeria.html
Un abrazo.
Las buenas historias, son siempre las más simples.
Medlenes
Que imaginación.
Que relato más hermoso.
Parece una leyenda.
Precioso.
Besos.
Gracias por visitar nuestro Blog de poesías y relatos, y por tu comentario a "Tío Pablo". La historia es real, tal cual me la contaron y la viví. Acabo de leer la de la niña ángel de ojos color miel, y me gustó muchísimo. Ha de ser porque tiene la magia que le falta a estos tiempos oscuros y vacíos, donde reina la soledad y la desesperanza.
Un beso. Te sumaré a nuestros Blogs a seguir.
Patricio
Que bello relato,me hiciste sentir en este lugar con los indígenas,ví sus ojitos color miel,y sentí pena al saberla en esa condición! me encantó Rosa María!
de Pricipio a fin me atrapó!
te dejo un fuertissimo abrazo!
Muchas gracias por esos comentarios tan alentadores, mañana voy a ver mas detenidamente tu blog, ahorita ya estoy que caigo por el sueño, hasta luego
Que hermoso y delicado relato, gracias RosaMaría!! besitos!
y me alegro que tu ordenador ya esté mejor!!!
Hola Rosa María: me parece maravilloso tu cuento, muy dulce y original.El título me recordó que hace unos años, en otra provincia, he visto personas cuyos ojos me parecieron de color miel.
Realmente muy bien narrado, felicitaciones.
Besos. María Rosa
Es un cuento muy bonito Rosa María y está muy bien narrado.
Me gustó mucho.
Un bico.
Es una historia muy tierna, me gustó mucho.
Buen fin de semana.
Querixa Rosa María: dado que tuve que privatizar mi blog, te pide, si te parece claro, me envies un mail a elsasacco@hotmail.com asi te puedo invitar a mi blog segunpasalavida, besitos Elsa.
DAVID CARRASCOSA: es siempre una alegría que pases por mi blog y más si te gusta lo que escribo. Gracias.
TIA ELSA: me gustaría saber la opinión de un niño, siempre ven y sienten más allá de nosotros, gracias por ese privilegio. Besos
NESTOR: Si, la sangre italiana corre por mis venas, gracias por tus comentarios. Besotes
PIER BIONNIVELLS: qué gusto saber que a todos les llegó mi cuento! Es que somos niños hasta lo último y me alegra de haber conectado. Un abrazo y gracias.
CRISTAL00K: Esa fue la idea, un cuento dulce. La agradecida soy yo porque siempre pasás por aquí. Besps
FELIPE SÉRVULO: Lo estuve viendo desde que te conocí, me encanta y merece ser homenajeado y conocido, especialmente si es en vida. Sos un amigazo. Gracias.
ALBERTO FERNANDO LOSARIO ROFELOS: Justamente es así, tal cual como un cuento para niños que conmueve también a los mayores con alma de niño. Gracias.
TORO SALVAJE: cúánto tiempo! Gracias! otro con alma de niño, por eso lo apreciás. No quiso ser una leyenda, decididamente para mí es un cuento con magia. Besote
EL PERUANO DORADO: justo lo que le decía a Toso Salvaje! Gracias, es un gusto que pases por aquí. Abrazote.
ISOL: te sumaste a los corazones de niño, por eso te gustó tanto. Muchas gracias por tu comentario. Besos.
JOSÉ: estábamos a la misma hora leyéndonos... Espero tu visita con alegría. Gracias.
SUSANA DE ARGENTINA: qué lindo leerte! A ver cuando organizamos otra reunión, se lo ponía a Sandra.
Me alegro que te haya gustado el cuento. Besos
BALTEAU: Gracias por tus palabras y por estar siempre por aquí. No vienen de visita a Argentina? avisen si lo hacen. Besos
LEODEGUNDIA: Que bueno que te gustara. Besos y te leo...
TIA ELSA: Si, ya pasaba y no me dejaba entrar. Te envié correo. Besos. No sería lindo encontrarnos todas como la vez pasada?
Permiso concedido. Lo que me parece importante es identifica la fotografía, lo demás...
Conozco una niña de ojos color miel, una verdadera princesa. Hermoso cuento.
Un beso desde MG
EL SEÑOR DE MONTE GRANDE: cuánto me alegra que conozcas a esa hermosa niña! Por lo que veo la quieres muuucho. Eso es hermoso. Beso y gracias por tu comentario.
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