Qué hermoso es estar vivos, intensamente vivos
y disfrutarlo todo desde la entraña misma de la vida.
Aspirar por ejemplo con hondura el aroma del pan recién horneado
y sentirnos sembrados de trigales, de buena levadura,
de manos amorosas que le dieron un sabor celestial con su dulzura.
Gozar con el saludo del vecino,
con la risa infantil que pedalea sobre el viejo triciclo,
con el vuelo armonioso de las aves,
con la verde canción que canta el grillo
o con la lluvia mansa cuando pinta con sus pecas de hielo los cristales.
Hay demasiada muerte a nuestro lado
y para derrotarla hay que seguir viviendo,
gozando la palmada del sol cada mañana
y su abrazo fraterno y compañero.
el viento redondeando las naranjas,
el olor de crispetas dominguero
y el ballet de palomas en los parques
bajo el canto pregón de los venteros.
Disfrutar de los besos, de la música,
de nuestros pasos sobre el pavimento,
de poder abrazar un amigo,
de gritar un te quiero,
de un libro viejo y un café caliente en las noches de invierno,
y de esa fuerza inmensa de que está hecha el alma
que nos ayuda a derrotar por siempre el sufrimiento.
Hay que gozarlo todo,
no importa cuantos años habiten nuestros huesos.
Si son pocos, gocemos de la limpia tersura que adorna nuestro cuerpo,
descubramos el mundo a cada paso
desde la hormiga humilde hasta el lucero
y saquemos de adentro la alegría para estrenarla a diario como un vestido nuevo.
Hay que seguir gozando de la vida
aunque ese escultor llamado tiempo haya tallado en nuestro rostro arrugas
o haya encorvado un poco nuestro cuerpo.
Hora es de cosechar amaneceres,
de disfrutar silencios,
de asombrarnos de nuevo con el mundo,
de mirarnos por dentro y sabernos preñados de alegría,
sin miedo a soledades ni a recuerdos.
Hay que vivir la vida a cada instante con un gozo infinito, con agradecimiento,
y cual si fuera una cometa enamorada de algún pedazo azul de firmamento,
soltarle su cordel para que vuele desposada por siempre con el viento,
hasta encontrar a Dios para contarle,
con palabras redondas de contento
que fue maravilloso haber vivido con honradez, pasión y sentimiento.
JOSE HERNÁNDEZ
(Argentina, 1834-1886)
Poeta y federalista argentino cuyo gran poema El gaucho Martín Fierro, considerado como un clásico nacional, canta la independencia, el estoicismo y el coraje del gaucho. No se conoce mucho sobre la infancia de Hernández, aunque parece ser que una enfermedad de la adolescencia le obligó a vivir en las pampas. Allí fue donde entró en contacto con el estilo de vida, la lengua y los códigos de honor de los gauchos. Fue un autodidacta y, a través de sus numerosas lecturas, adquirió unas claras ideas políticas. Entre 1852 y 1872, durante una época de gran agitación política, defendió la postura de que las provincias no debían permanecer ligadas a las autoridades centrales, establecidas en Buenos Aires. Participó en la última rebelión gaucha, la de López Jordán, un desdichado movimiento que finalizó en 1871 con la derrota de los gauchos y el exilio de Hernández. A su regreso a Argentina en 1874, continuó su lucha por otros medios, como la fundación del periódico Revista del Río de la Plata, en el que defendió posturas federalistas, y el desempeño de varios cargos oficiales.
Pero fue, sin embargo, a través de su poesía como consiguió un gran eco para sus propuestas, y la más valiosa contribución a la causa de los gauchos. El gaucho Martín Fierro (1872) es un poema épico popular y está considerado una de las grandes obras de la literatura argentina. Martín Fierro es el narrador de su vida, y lleva a cabo un retrato de la sencillez rural, la independencia y la paz de su espíritu. El poema recorre la inicial felicidad de su vida familiar en las planicies, hasta que Martín es obligado a alistarse en el ejército, su odio de la vida militar, su rebelión y su consiguiente deserción. A su regreso, descubre que su casa ha sido destruida y su familia se ha marchado, y la desesperación le empuja a unirse a los indios y convertirse en un hombre fuera de la ley. En la secuela del poema, La vuelta de Martín Fierro (1879), se reúne por fin con sus hijos y vuelve al seno de la sociedad, para lo que ha de sacrificar gran parte de su preciosa independencia. El gran mérito del autor del Martín Fierro fue el de llevar a la literatura la vida de un gaucho, contándola en primera persona, con sus propias palabras e imbuido de su espíritu. En el gaucho, Hernández descubrió la encarnación del coraje y la integridad inherentes a una vida independiente. Esta figura era, según él, el verdadero representante del carácter argentino, noción que le situó en directa oposición con el curso de los acontecimientos y con poderosos intereses políticos.
El Gaucho Martín Fierro (fragmento)
La Vuelta de Martín Fierro (fragmento)
(Texto extraído de El Poder de la Palabra donde los remito)
La literatura es imaginarse o querer averiguar lo que está al otro lado: más allá del umbral de la habitación, detrás de la puerta entornada que nuestra mano empujará o de la puerta cerrada con una llave que tal vez nos estará prohibido buscar; al otro lado de un río, detrás de una silueta azul de montañas...
domingo, 7 de agosto de 2011
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Aquí les dejo la receta de esta mermelada, algo ácida y dulce, como mi despedida de este y el otro blog. Es momento de descanso y re...
9 comentarios:
Cada día estoy más convencido de que el gozo de la vida está en las cosas sencillas. Saludos.
FRANCISCO ESPADA: pues sí...gozar de la vida es provocar el gozo también en los demás y si hay situaciones difíciles hará que esas pequeñas cosas den un respiro a ese momento. Beso grandote y gracias por tu aporte.
Hola Rosa Maria, hay poemas tan hermosos que conmueven! Gracias por esta entrada! Pasa por mi blog te va a gustar hay algo para tus relatos! Besos
Hermoso! y vaya que me hiciste recorrer caminos en mi historia.
Un abrazo grande!
muy lindo Rosa Marìa, saludines.
Una belleza lo que has compartido.
Cariños
Poder decir eso no debería ser triste sino todo lo contrario, "Carpe díem" o "que me quiten lo bailao". Vivid la vida. No hay nada más triste que en el momento de pasar al otro lado descubrir que no hemos vivido, que no hemos aprovechado el tiempo y que no hemos hecho nada bueno.
besos
Manel
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gracias
YUDITH: gracias amiga, he pasado, pero no me da el tiempo para todo. Un abrazo, igual lo haré.
PILAR: Eso es lo bueno de rescatar escritores antiguos y buenos como éste. Gracias por venir, besos.
VIVI: Gracias a ti por pasar. Saludos.
ABUELA CIBER: Me alegra que te haya gustado, besos grandotes.
MANEL ALJAMA: Pues si, disfrutar y compartir, pasear, leer, trabajar, todo aporta a la dignidad de esta vida en cada momento. Besos.
ANÓNIMO: Gracias por pasarte, en realidad no es mi mayor interés el acrecentar lectores, sí acrecentar amigos que se suman a piaccere, oportunamente. Saludos.
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