¡Silencio señor!, señalo
Sienta este sentimiento
sonando como un sismo
sístole del corazón.
¡Esto no es solfa señor!
Sobe el saludable seno.
Sonoro sonido suena,
yo solo bailo a su son.
Sustento asi, sutilmente,
este suplicio mío.
Siembre señor la sabana.
suyo es el fruto en sazón.
La literatura es imaginarse o querer averiguar lo que está al otro lado: más allá del umbral de la habitación, detrás de la puerta entornada que nuestra mano empujará o de la puerta cerrada con una llave que tal vez nos estará prohibido buscar; al otro lado de un río, detrás de una silueta azul de montañas...
sábado, 4 de agosto de 2012
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REINICIANDO
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