Estas fotos fueron tomadas
entre el 7 de marzo de 2020 y el día 13
del mismo año.
Un año particularmente
caluroso en Buenos Aires, Ramos Mejía, donde resido.
Varias recorridas que dieron pie para resaltar la exuberancia de las plantas en este verano donde todo estaba en su mejor época de florecimiento antes de la llegada del otoño y desgraciadamente también de la pandemia que azota al mundo.
Varias recorridas que dieron pie para resaltar la exuberancia de las plantas en este verano donde todo estaba en su mejor época de florecimiento antes de la llegada del otoño y desgraciadamente también de la pandemia que azota al mundo.
Hacer el post para este blog fue una recreación de
la caminata. Eso me abstrae de este aislamiento forzoso y prolongado.
La primera planta fue la que me
asombró y allí comenzó la idea de mostrar las variadas plantas que hay en las calles.
Se trata de un olivo que había en una esquina. Allí descubrí que tenía olivas y cargado de ellas.
Se trata de un olivo que había en una esquina. Allí descubrí que tenía olivas y cargado de ellas.

Qué insólito verdad? En plena calle!!
Les puedo asegurar que hacía mucho calor así que fui buscando sombra como podía y aquí la encontré. Claro que ya las primeras hojas de otoño empezaron su alfombra.
El sauce llorón también me
dio su sombra.
Y al llegar a la esquina... Mucho amor en esa vivienda. Esplendor en todo, ya les comenté que este verano
trajo maravillas. Claro que da su buen trabajo mantenerlas bien.
No pude resistirme a
primeros planos.
Pero desde otra perspectiva vi éstas, así que tuve que cruzar para hacer la foto.
Pero desde otra perspectiva vi éstas, así que tuve que cruzar para hacer la foto.
Sigo desafiando al sol del
mediodía. Esta foto tenía mucha luz. Arriba se puede ver inclusive la Rosa
China, compitiendo entre las dos.
Cada propietario tiene su
gusto y en las aceras se ven especies variadas.
Cables y postes por todas partes... ¡Qué mala foto!
Ya había pasado otra vez por este lugar… Una
jungla. Quién sabe qué épocas gloriosas tuvo.
Al fin un poco de
sombra… Mucho calor, no son horas de andar por la calle.
Algún romántico sobrescribió: CÓMO NO VOY A ESPERARTE
Me pareció precioso. Juventud divino tesoro.
Ésta en su follaje intenso y tupido también nos muestra la exuberancia de este verano generoso aunque caluroso... Todo es cuestión de gustos, me gusta el verano y su exuberancia.
Me apuro hasta la próxima
sombra mientras el jardinero sigue arreglando.
Enfrente, me llama la atención esta
vivienda tan sencilla pero casi de cuento. Ya no se ven.
Verán que esos árboles son más añosos que todo lo visto.
Y vamos acercándonos al
centro de Ramos Mejía, ya los árboles son más pequeños y cambia también el
paisaje de las casas. Este es casi uno de los últimos chalets que voy a ver.
Aquí no se preocupan mucho o no volvieron de vacaciones ya
que éstas están sedientas. Cierran sus hojas al máximo para protegerse del sol.
Desgraciadamente estaba
inmóvil… Calcinada en la vereda...
Avda. de Mayo y Pringles. La Casa de Obregón, casa de té y fantasía. Un
mundo para soñar y pasar hermosos momentos.
Compré en algún momento regalo para pequeños y adolescentes de la familia ya que están muy de moda...
Aquí el final del paseo.
Agrego una foto del año pasado donde nos reunimos para tomar un te y algunas exquisiteces.
Ese mismo día este Gnomo de la alegría me eligió y no tuve más remedio que traerlo conmigo. Lo bauticé René... La causa no la sé.
Seguramente lo había pasado muy bien en la reunión.
Seguramente lo había pasado muy bien en la reunión.