viernes, 5 de abril de 2019

CONVERSACIONES CON EL PAPEL 2


Hola papel, son las 7, no voy a hacer ruido porque todos duermen. Está linda la mañana. Aún hace calor aunque no tan intenso porque ya está terminando el verano. Verano tardío será. El clima, que no el tiempo como todos dicen, hace estragos en todo el mundo, toma revancha de nuestras agresiones, de la no consideración de quienes como políticos y responsables tendrían ya que encarar medios para prever tanto desastre. El mismo Ser Humano se deja estar ya que cada uno es un político en su vida y en la vida. El Ser Humano tiene sus fallas. No culpemos al otro, se gasta energía y combustible porque no la sabemos usar. Ay, papel querido, cuánta luz encendida, cuánto gas a todo lo que da cuando las cosas hierven a igual temperatura si se baja la llama una vez que llegó al punto… y también está el tamaño del quemador que quema los utensilios pequeños cuando se ponen en el grande… Cuánta pasta dentífrica en el cepillo, que no es económica precisamente, cuando  una medida de “lenteja”, limpia lo mismo que un centímetro o dos... Lo mismo que el champú, la crema enjuague, el lavavajilla, el limpiador del coche y agregado a esto la cantidad de agua desperdiciada porque se necesita más enjuague, sin agregar el agua que se deja correr innecesariamente en estos menesteres. Ah, el agua, cuánto se desperdicia con la comodidad de la manguera, con las inmensas piscinas de los “barrios cerrados” Qué falta le haría a otros seres que tienen que caminar kilómetros para llenar un cubo o un bidón que ni siquiera está desinfectado para beber o cocinar. Querido papel, estoy gastándote pero hace mejor a mi salud mental hablar contigo que tomar una pastillita. Sabes que éstas no son mi fuerte y además hay que gastar tiempo en el médico, en el colectivo, en la farmacia y todo esto es energía puesta al servicio de un “servicio” que engorda bolsillos. Sé que a veces es necesario y mucho. Entonces recurrir a ello, pero se nos va la mano. El dinero que se gasta en medicinas innecesarias no embellecen, fortalecen, adelgazan, euforizan (término propio), calman, o engordan y estropean muchos organismos. Eso sí: engordan, embellecen, fortalecen, adelgazan, euforizan (término propio) y calman a la gran cadena de  multinacionales variopintas que intervienen en su fabricación y distribución. ¡Y vaya si cuesta pagar tanta ilusión! La comodidad de la pastillita suple lo que se podría lograr con más cuidado de nuestra parte. Ay papel, sé que hacen falta, pero no confundas, hablo de ciertos casos. Ya sé papel, ahora termino mi verborragia (linda palabra) será hasta la próxima y gracias por tu paciente escucha.

8 comentarios:

Mari-Pi-R dijo...

Una conversación que nos hace reflexionar con nuestro querido planeta que si no lo cuidamos pagamos las consecuencias así que hay que remediarlo.
Un abrazo.

RosaMaría dijo...

MARI-PI-R: Gracias por pasarte y por tu comentario. Estamos de acuerdo. Beso.

Senior Citizen dijo...

Lo que dices de tu salud mental me recuerda aquel libro de Lou Marinoff que tuvo tanto éxito: Más Platón y menos Prozac.

RosaMaría dijo...

MARI-PI-R: dadas las circunstancias de cómo se procede al respecto mis reflexiones solo se pueden volcar en el papel pues caen en saco roto siempre... Cuesta mucho tomar costumbres más ecológicas y austeras. Beso y gracias por venir.
SENIOR CITIZEN: pues mira por dónde coincido con alguien... Sin duda es así: Más Platón y menos Prozac. Gracias por tu visita. Beso grandote.

TORO SALVAJE dijo...

Aprendo de tu vida Rosa María.
Y de tus conocimientos.

Muchas gracias por compartirlo.

Besos.

RosaMaría dijo...

TORO SALVAJE: es mutuo maestro. Beso y gracias por venir.

Tawaki dijo...

Pones el dedo en la llaga. Somos demasiados y encima ni siquiera hacemos bien las cosas. Nos hemos acostumbrado a que la energía esté siempre disponible y ya no la valoramos. Desperdiciamos recursos como si fueran infinitos, como si fueran gratis. Pero el Planeta se vengará, y antes de lo que pensamos.

Personalmente, creo que no tiene solución y que hemos pasado el punto de no retorno con el calentamiento global y con otros desastres naturales. Somos demasiado egoístas, y no podemos comprender que nuestras acciones nos traen minutos de comodidad a cambio de eones de desajustes medioambientales.

Me temo que educar ya no es suficiente, y me remito a esa frase famosa de que la Tierra es un bien que se nos da al nacer pero que hay que legar a nuestros descendientes.

RosaMaría dijo...

TAWAKI: Hay mucho de cierto en tu comentario. Aunque sigo insistiendo desde mi minúsculo lugar en el mundo en tratar de colaborar, controlando y hasta no usando productos que antes no eran necesarios y que el marketing nos impuso como tales. Por edad sé que es así. En fin me niego al uso de ciertos productos, medicamentos no imprescindibles, envases y otros desechables. Gracias por venir, disfruto mucho con tus viajes. Besos.

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