Solemos
imaginar acontecimientos previos antes que ocurran.
A
veces nos vamos del lado muy optimista.
A veces nos vamos hacia el lado catastrófico o
negativo.
Luego
viene el asombro, o la desilusión o la bronca.
Es
conveniente buscar un equilibrio entre lo pensado y la realidad.
De
nada sirve adelantarse al momento de percibir beneficios
Y
de nada sirve imaginar situaciones frustrantes o dolorosas.
Nuestra
imaginación suele aplicar este exceso
a nosotros mismos y a los que nos rodean.
A
veces un homenaje, festejo, paseo, regalo o actividad puede que
no
salga como lo imaginamos y hay que estar preparado para ello
Ser
realista antes del comienzo de esos hechos contando con que
lo
maravilloso para uno mismo, no lo sea tanto para los demás.
Si
fuimos demasiado optimistas, puede ser
que nuestro sentido
de
la observación sea descuidado a la hora de evitar una situación dudosa
o
lo organizado con tanto esmero.
Si
sufrimos por pensamientos negativos estos menguaran nuestra
salud
mental y física hasta el momento de comprobar que
dicha
elucubración negativa no fue tal como la imaginamos.
Nuestros
pensamientos tienden a la exageración tanto para
lo
que pudiera ocurrir para uno mismo como para los que nos rodean.
Es
más, en ese caso, solo lograremos que nuestros miedos
nos
paralicen a nosotros mismos o amedrenten a los demás.
Por
ello es conveniente que no demos a nuestra imaginación
visos
extremos hacia un lado o hacia el otro.
A
medida que pasan los años, ya sea por lo vivido o por no estar
bien
actualizados de sucesos, actitudes, accidentes, enfermedades
o
cualquier otro motivo, sucede que damos más importancia
a
lo que vemos por los diferentes medios,
que a la realidad de nuestro
entorno más próximo.
Sufrimos por nuestros “locos pensamientos”
hasta
que hay una comprobación de que lo grave no es tan grave
como
nuestra imaginación se adelantó a ver.
La
imaginación suele vestirse con miedos por lo que
es
aconsejable no adelantarse a los acontecimientos...
que no
es lo mismo que “vivir en la luna”
9 comentarios:
Cuantas veces pasamos noches en blanco con nuestra imaginación de cualquier nuevo acontecimiento que no nos deja conciliar el buen sueño y luego no hay nada de ello que suceda o que haya sido importante.
Somos así.
Un buena reflexión, saludos.
Gracias por tu aportacion i visita al blog espero regreses y poder leer tus aportaciones
Besos
Pienso, RosaMaría, que muchas veces nos atormentamos por probabilidades negativas y que cuando realmente sucede algo malo nos pilla desprevenidos y no tiene relación con tormentos previos.
Abrazo transcordillerano.
El tema que nos presentas hoy, yo puedo aplicármelo pues estoy siempre haciendo congeturas de todo y sobre cyualquier cosa y si me atañe ya no digamos a qué nivel llegan las elucubraciones. La verdad es que uno necesita ser más importante para los demás de lo que realmente ers lógico y que los otros no es que tengan nadea contra tí, es que simplemente te olvidan.
Me ha gustado mucho el tema. Un abrazo.
Hay quien, para no desengañarse, no tiene sueños, pero entonces tampoco los disfruta. Es como si el miedo a que las cosas salgan mal fuera más fuerte que la ilusión de imaginarlas bien. Pero yo creo que hay que soñar, aunque sea con un pie en la tierra, sin elevarnos del todo en el optimismo desbordado.
Los extremos son siempre peligrosos, es mejor el punto medio... "ni tanto que queme al santo ni poco que no lo alumbre", decían los abuelos.
Un abrazo.
FRANZISKA: Querida amiga, al hacernos mayores, tenemos esa tendencia. Creo que el mundo moderno pasó como una autopista rápida para nosotras y nos apabulla tanta información y al no poder procesar tan rápido, nos adelantamos mucho más de lo que el acontecimiento merece. Te comprendo Franziska, lo puse porque hice una autoobservación de mis reacciones y así hacer una catarsis sobre la imaginación desbordada que a veces me desborda... jajaja. Beso y abrazo muy cariñoso.
MARI-PI-R: veo que a veces entramos al mismo club, menos mal que salimos enseguida. Abrazo cariñoso.
ESTEBAN LOB: verdad, no se me ocurrió pensar que cuando menos lo pensamos algún imprevisto nos descoloca. Buena observación... Gracias. Beso
ANNA: Me gustaría que me contaras qué piensas al respecto. Saludos.
TAWAKI: Otro enfoque interesante. Seguiré soñando en positivo y a disfrutar. Gracias amigo. Beso.
RAFAEL HUMBERTO LIZARAZO: Ese refrán está buenísimo. Habrá que aplicarlo en un sano equilibrio. Besos.
He sufrido tanto por cosas que luego jamás sucedieron...
Besos.
Oh.. TORO SALVAJE: no vi tu comentario hasta hoy. Creo que nadie se salvó de sufrir por ello, somos varios. Gracias por venir. abrazo grandote
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