¿Qué me cuentas papel? Aquí estoy… Leí una frase que me
llegó hondo. Decía: “El dolor es un enemigo como cualquier otro” Hay dolores
reales y dolores imaginarios pero todos duelen ¿Verdad? Qué me dices de las
pequeñas heridas en la rodilla, en un dedo, un mimo a tiempo las calma
enseguida. Pasa lo mismo con las heridas del alma aunque a veces no alcanza un
mimo. Porque al igual que las del cuerpo si son muy profundas dejan cicatrices
que recuerdan el momento vivido. ¿Te hieren mis letras papel? No me gustaría
eso porque también la falta de palabras duele... Hay silencios que duelen más que
las palabras sean cuales sean. Hay palabras buenas y palabras malas, pero todas
tienen que ser empleadas para saber las diferencia. Cuando nacemos no estamos
preparados para diferenciarlas. Al crecer las buenas y las malas palabras te
crean un mundo de confusión porque lo
aprendido comienza a contradecirse con lo que pensamos sentimos hacemos o decimos, en comparación con el pensar sentir
hacer y decir de los demás. ¿Bastaría nacer en otra familia otro país con otros
maestros y amigos diferentes para encontrar sentido a las palabras? No,
veríamos el mismo dolor en las palabras hambre ignorancia venganza, muerte
tristeza odio guerra inanición, frío abandono indiferencia traición, pederastia crueldad
epidemia miedo y tantas otras que no solo duelen. Desgarran quitan dignidad y socavan voluntades. Estas y otras son palabras que duelen en todo el mundo. Pero
también están las buenas, las que te gustan a ti y a mí: solidaridad, alegría,
sabiduría (que no es lo mismo que saber) equilibrio cooperación ayuda
superación amor, vida atención compañía, salud gozo y tantas otras que sería
bueno multiplicar. No creas que soy “ácida” puedo ser muy dulce, lo que pasa a
esta altura es que soy realista y a veces duelen las palabras y ya puse al
principio que “El dolor es un enemigo como cualquier otro” Para que me
disculpes voy a emplear una palabra buena que omití: Perdón, perdón amigo
papel porque a veces lastimo cuando escribo… ¡Como si el perdón borrara! Ya sé papel, ahora termina mi verborragia (linda palabra) será hasta la
próxima y gracias por tu paciente escucha.
La literatura es imaginarse o querer averiguar lo que está al otro lado: más allá del umbral de la habitación, detrás de la puerta entornada que nuestra mano empujará o de la puerta cerrada con una llave que tal vez nos estará prohibido buscar; al otro lado de un río, detrás de una silueta azul de montañas...
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8 comentarios:
Hay palabras que duelen y hay personas que parece que tan solo tengan palabras para ofender, con lo agradable que es oír hablar a las personas y sentir en ellas que hay amabilidad en sus palabras, pero parece que no esté al alcance de todos.
Que el papel no te deje y sigas con él. Un abrazo.
MARI-PI-R: es como pones, de ahí la reflexión... Gracias por pasar, estuve de vacaciones por eso mi retraso en visitarlos. Un abrazo afectuoso.
Miguel Hernández escribió:
Tristes armas
si no son las palabras.
Pero las palabras también pueden ser armas, que hieren y matan.
SENIOR CITIZEN: Así es... y ahora se usan especialmente en ámbitos de poder para disfrazar intenciones. No nos vencerán sabemos leer en ellas. Beso.
En mi caso las heridas del alma no cicatrizaron jamás.
Ahí siguen.
Besos.
Quien bien te quiere te hará llorar, y en este caso doy por bien empleado un poco de dolor al rasgar el papel si con ello alcanzamos objetivos más elevados. El ying y el yang, cada palabra tiene su reverso porque la vida es así, una moneda no ya con dos caras, sino con muchas de ellas, y el hombre las quiere representar todas.
Gracias querida Rosa Maria,
Me encanta leerte.
Las heridas del alma son difíciles de sanar pero....se puede.
TORO SALVAJE: creo que cicatrizan con el perdón y la comprensión, difícil pero no imposible. Por lo menos se atenúan aunque queden queloides. Te abrazo con cariño, gracias por dejar siempre tu huella.
TAWAKI: también es verdad. Muchas aristas, que pinchan duro a veces, siempre me haces ver más allá. Un abrazo agradecido.
RICARDO TRIBIN: te doy la razón en parte, lástima que el olvido no alcanza aunque es mejor no olvidar para aprender sobre las heridas sufridas. Gracias por venir. Beso
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