Aquí les dejo la receta de esta mermelada, algo ácida y dulce, como mi despedida de este y el otro blog.
Es momento de descanso y recuperación. Ésta lleva tiempo y constancia así que me quita tiempo para los blogs y de corresponder a sus saludos y sus blogs que tanto me gustan.
También hace mella en mi creatividad y dedico todo el esfuerzo en recuperar el brazo que quedó fastidiado después del accidente. Tampoco me gusta hablar siempre de lo mismo, así que me despido con mucho cariño de todos.
Lo que disfruté y aprendí con vosotros desde el 2008 fue maravilloso en todos los sentidos, así que agradezco vuestra compañía, consejos, sugerencias, críticas, tirones de oreja, alegrías, en fin, todo lo que hace a una vida compartida con cariño.
Y aquí la receta prometida:
Ingredientes:
3 Naranjas comunes
2 Pomelos rosados
2 limones
4 tacitas tamaño café pequeño con agua
Azúcar 800 gramos
3 clavos de olor
1/2 cucharadita de sal
1/2 cucharadita de jengibre molido
Preparación:
Lavar muy bien las frutas
Rallar un poco de las cáscaras de la naranja a gusto, ya sea con rallador fino o el grueso.
Luego pelarlas muy bien, sacando especialmente todo lo blanco.
Partirlas a la mitad y sacar aparte lo del centro junto con semillas y guardarlo en 1 plato.
Hacer lo mismo con todas las frutas e ir poniendo en cacerola si es posible enlozada la fruta ya cortadita.
Así quedan aparte los centros y las semillas. En una cacerolita aparte se hace hervir apenas agua para cubrirlas. Cuando el agua hierve se pones éstos y se apaga el fuego. Luego se coloca en una torunda de tela blanca bien limpia y enjuagada. Esto hará que larguen la pectina: durante la cocción se puede enroscar varias veces, verán que no la ato.
(Este paso se puede reemplazar con pectina comprada en lugares especializados)
Aparte se puso a hervir la fruta con el agua. Cuando vean que falta poco para espesar a vuestro gusto, se retira la torunda exprimiendo bien para que larguen toda la materia espesante y recién en ese momento se le agrega el azúcar, removiendo de vez en cuando.
Se prueba en un plato la consistencia deseada, no olviden que al enfriar queda más espesa, así que controlen.
Llega el momento de envasar aún en caliente con cuidado, en frascos lavados y esterilizados con alcohol fino incluyendo las tapas.
Y así quedó la mía un poco oscura porque ya les digo, no les puse agua para hacer más rápido.
Como digo siempre: ¡SEAN FELICES!